Cuando recibimos el perdón de alguien vivimos una experiencia de liberación y de paz interior. Y es que el perdón sana tanto a quien lo da como a quien lo recibe. El perdón genera comunión. Y es necesario para nuestra vida ser perdonados por el amor de Dios. Enseñar a los niños sobre el perdón de manera recreativa y comprensible les ayudará a internalizar estos valores y a aplicarlos en sus interacciones diarias. Por ello, celebramos la fiesta del perdón. Celebración cuya finalidad ayuda a recibir la primera comunión de los niños.
La Primera Comunión es un paso significativo en la vida espiritual de un niño católico, marcando su participación más plena en la Eucaristía y en la comunidad de fe. La preparación y la ceremonia en sí misma suelen ser momentos importantes y memorables para el niño y su familia. La fiesta del perdón dio inicio con alabanzas y canciones, siguió con su primera confesión de los niños y termino con las respectivas penitencias. Acompañar a los alumnos y a motivar a las familias para la participación en este sacramento que cambia nuestro corazón y nos acerca a Dios. El saber que hemos sido perdonados y perdonar también nosotros es una de nuestras mayores alegrías como cristianos. En ello está la fuente de la paz interior que el Señor nos quiere comunicar.